Aburrimiento


El aburrimiento es el cansancio o fastidio causados generalmente por disgustos o molestias, o por no tener nada que divierta o distraiga. Aquellos que se encuentran temporalmente aburridos pueden considerar su estado como una mera pérdida de tiempo, pero generalmente lo consideran aún peor. Así ha sonado el el aula.

Empezamos con la dinámica:
  • Rocío: "Auxlio. El cerdito estaba triste. Parecía que pedía auxilio, ayuda".
  • Rodrigo: "Aburrimiento. Está sólo en la isla y no puede jugar. No sabe qué hacer".
  • Paula: "Aburrimiento. Me he puesto en el lugar del cerdido y me he preguntado: '¿Qué hago?' Además, la música al principio era un poco aburrida".
  • Alba: "Pena, porque el cerdido parece que estaba solo sin nadie, con cara de tristeza".
  • Natalia: "Aburrimiento. El cerdito estaba solo en la isla, sin nada que hacer. Estaba aburrido".
  • Alejandro Moreno: "Aburrimiento, porque el cerdo estaba en la isla sin nada que hacer".
  • Daniela: "Aburrimiento. El cerdo estaba solo, sin nada que hacer salvo coger cocos y comérselos pero, tampoco puede, no sabe cómo abrirlos".
  • Miguel: "Aburrimiento. La música era muy aburrida y el cerdito estaba pensado en qué podía hacer para no estar aburrido".
  • Elena: "Auxilio, porque el cerdito estaba perdido. solo y agobiado. Necesitaba auxilio, necesitaba algo. Además, la música no era agradable".
  • Gonzalo: "Aburriento, porque yo me he puesto en su lugar. La música era aburridísima".
  • Rubén: "Aburrimiento, porque el cerdo estaba sentado, aburrido y la música también era aburrida".
  • Ángela: "Porque el cerdito estaba aburrido, sin poder hacer nada".
Todos hemos escuchado alguna vez a un niño decir eso de: "¡me aburro!" pero, ¿sabemos exactamente que nos están queriendo decir? ¿Es aburrimiento? ¿Están experimentando otras emociones?  Verónica Corsini, psicóloga de Servicios Psicológicos de Koan, dice que es necesario reflexionar sobre el verdadero significado de "¡me aburro!".

Uno de los problemas que se plantean es la sobreestimación a la que están expuestos los niños. (Este aspecto se nombra en el libro "Educar en el asombro"). Corsini dice que, en las últimas décadas, han aumentado de manera notoria los diagnósticos de Hiperactividad y Déficit de Atención. "Deberíamos pararnos a pensar en cómo los niños de hoy en día tienen agenda repleta de actividades estructuradas: colegio, actividades extraescolares, fiestas de cumpleaños, juguetes, aparatos electrónicos... Una cantidad ingente de actividades dirigidas que les permite estar, de manera pasiva, estimulados constantemente".

La experta asegura que, de esta manera, los niños cumplen las actividades, pero no es lo que realmente quieren. "Para que el niño pueda ponerse en contacto son su deseo, con lo que quiere hacer y le gusta, es necesario que pase por un momento de no saber qué hacer. Es necesario que se aburran para que desee crear algo de manera activa. Y por activa me refiero a que el propio niño ponga en la actividad una parte de sí mismo. Esto genera una mayor autonomía respecto del adulto que lleva a una mayor seguridad, así como a tolerar la frustración de un modo más efectivo ya que puede reconocer sus propio recursos".

Desestructuraremos el tiempo. El tiempo no estructurado permite a los niños explorar su mundo (interno y externo), ahí comienza la creatividad. Además, desafía a los niños a explorar sus propias pasiones. "Llenarles" el tiempo con multitud de actividades impiden que nunca aprendan a a responder ante estímulos que podrían llevarles a estudiar su entorno, a desarrollar su imaginación y creatividad. Las llamadas del corazón son la que nos dirigen y dan rienda suelta a nuestras vidas.

Los niños no sólo tienen que tener tiempo no estructurado, sino que tienen que decidir por ellos mismos cómo usarlo, de no ser así, nunca aprenderán a manejarlo.

Nancy H. Blakey dijo, "prevé el tiempo gastado en televisión y actividades organizadas y déjales en cambio gastarlo en apelar a su imaginación. Si una cosa no puede ser imaginada primero, no podrá existir. La vida está unida a lo que podemos imaginar. No puedo sembrar la imaginación en mis hijos. Puedo sin embargo, proveerles de un entorno donde su creatividad no signifique otro desastre que limpiar sino la evidencia exitosa lucha contra el aburrimiento. Es posible que el aburrimiento nos entregue la mejor parte de nosotros mismo, la que desea el riesgo, la iluminación y la belleza indescriptible. Si nos quedamos sentados quietos con el tiempo suficiente, podremos oír la llamada escondida dete´s del aburrimiento. Con práctica, podremos tener la imaginación suficiente para salir del vacío y contestar".

¿Por qué aparece?
  1. Están acostumbrados a los entretenimientos de pantalla y no miran en ellos mismos para buscar sus directrices.
  2. Su tiempo es estructurado y no están acostumbrados a qué hacer con su "tiempo libre".
  3. Necesitan atención de los padres para "recargarse".
¿Cómo debemos actuar?

Al escuchar un "me aburro" por parte de un niño, primero deberemos dejar lo que estemos haciendo y centrarnos en ellos. Conectar, hablar... probablemente conseguirá esa "recarga" que necesita y seguirá con su camino.

Si no se va después de unos minutos, debemos tener en cuenta que quizá necesite más tiempo con nosotros. Necesitan más tiempo de conexión profunda con nosotros. Ofrécele formar parte de lo que estés haciendo. Haced algo juntos.

Una vez que se haya conseguido esa "recarga", probablemente él ya tengan algunas cosas de qué le gustaría hacer. Si no es el caso, podemos ayudarles haciéndoles una pregunta: ¿cómo te imaginas disfrutar de tu tiempo libre? Una lluvia de ideas puede ser una buena idea para comenzar. 

Una genial idea es crear el TARRO DEL ABURRIMIENTO. Este tarro contendrá, en su interior, ideas escritas en trozos de papel. Cuando el aburrimiento surja, el niño tendrá que coger tres papeles del corro y elegir una de las actividades. Estas podrían ser algunas.

  • Escribir una carta a los abuelos
  • Poner música y bailar 
  • Escribir una lista de diez cosas que te gusten de cada miembro de tu familia
  • Cepillar al perro o bañarlo
  • Tumbarse para buscar formas en las nubes
  • Hacer un dibujo
  • Planear una caza del tesoro con pistas
  • Montar en bici
  • Pintar en una caja de cartón
  • Empezar un diario
  • Reorganizar tu habitación
  • Hacer una receta de cocina
  • Decorar un calendario anotando las fechas importantes
  • Hacer un collage
  • Escribir un cuento
  • Hacer un postre
  • Disfrázate
  • Hacer una gymkana
  • Haz un álbum de fotos
  • Decora una camiseta vieja
  • Comienza una colección (botones, piedras, lápices...)
  • Lee un libro
  • Con buen tiempo... lucha de globos de agua
  • Memoriza un poema
  • Papiroflexia
  • Jugar a un juego de mesa
  • Hacer un libro de chistes
  • Pintarte un dibujo en la planta del pie
  • Construye una cabaña con palos y una sábana
  • Jugar a "A ver quién ríe el último")
  • Regar las plantas de casa
  • Cosquillas para toda la familia
  • Decorar piedras con pinturas
  • Hacer muñecos con calcetines viejos, hilos y botones
La lista puede ser interminable. Os animo a que en casa tengáis vuestro propio tarro con vuestras propias ideas. Nunca hay nada que hacer.

"Una generación que no soporta el aburrimiento será una generación de escaso valor"
Bertrand Russell 


Fuente: crianzanatural.com

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